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Cómo elegir la mejor música para potenciar tus estudios

¿Te acuerdas de esa canción que te alegra hasta en los peores momentos? La música nos hace vibrar y por supuesto, hay una adecuada para cada situación y hoy, en entrevista con Verónica Vásquez, Psicóloga de nuestra Unidad de Promoción de la Salud Psicológica, te contamos cómo seleccionar la más propicia a la hora de estudiar.

La música tiene un tremendo poder en nuestros estados de ánimo y emociones. Impacta en todo nuestro cerebro. “Va activando zonas que están relacionadas con sustancias químicas como la oxitocina o la dopamina, que tienen que ver con la sensación de placer y de bienestar”, explica Vásquez.

Para escoger una canción o alguna melodía en específico, lo primero que debemos hacer es detectar muy bien qué estamos necesitando.

Funcionalidad de las emociones

Nuestro sentir no es antojadizo, subraya Vásquez. “Los estados emocionales tienen una función. La tristeza, por ejemplo, tiene también una parte buena. Cuando uno está triste mira la vida con una profundidad distinta a cuando está alegre, la atención está dirigida hacia nuestro interior. Ese estado te permite procesar situaciones, elaborarlas y aceptarlas. En ese sentido, aplica la lógica de ponerse a escuchar música melancólica, pues nos permite amplificar ese estado. No podemos salir de la tristeza sin antes haber entrado”, detalla.

¿Y para estudiar?

A la hora de buscar la concentración, recomienda Vásquez, “es bueno elegir música más neutra, pues hay canciones o melodías que a veces nos generan o tenemos asociadas a ciertas emociones y pueden interferir con nuestra atención porque nos remontan a ciertas vivencias personales”.

Si ahondamos un poco más, hubo un periodo en que estuvo muy de moda el llamado “efecto Mozart”. Se decía que si las mujeres embarazadas escuchaban esa música, los niños desarrollarían una inteligencia por sobre el común.

Ante esto, nuestra psicóloga advierte: “siempre hay que considerar los gustos de la persona. Puede que a alguien le sirva una música clásica, pero también pueden haber alumnas o alumnos que para poder concentrarse y desconectarse, requieren un rock. Una música lenta y tranquila a veces puede producir cierta nostalgia e incluso tristeza, lo cual no nos va a entregar la concentración que requerimos. No podemos generalizar”. 

Verónica Vásquez, Psicóloga Unidad de Promoción de la Salud Psicológica, Usach